jueves, 5 de mayo de 2011

caparazones y corazas

No era hermandad. Cecilia se había dado cuenta, y no le gustaba la idea. Pero estaba más que claro. Eso no era hermandad. Hacía tiempo que estaba viendo las cosas distintas, y su concepción del mundo había virado bastante. Tenía la mente menos perturbada, creyó que era hermandad.
Ahora, retomando diálogos, abriendo la cabeza y el alma a todo (todo lo que acepte su tolerancia), teniendo en cuenta solicitudes y soledades, caparazones y corazas, se dio cuenta de que todo estaba claro, quizás más claro de lo que ella necesitaba. Quizás a veces la incertidumbre es una defensa y hay que simplemente aceptarla como tal. Hoy supo que sabía demasiado, que quizás se estaba metiendo en un terreno de retrovisión oscuro y siniestro, y que esto no ayudaría a reforzar el caparazón que estaba armando con tanto trabajo. Todo lo contrario, lo estaba rajando para romperlo en mil pedazos.
Fue entonces cuando quiso decidir; quiso tomar otra vez la iniciativa; quiso correr, gritar, golpear, sangrar, llorar, angustiarse, sentir pena por sí misma, irse lejos; quiso dejar de dormir, dejar de perder tiempo útil; quiso vomitarle todas sus penas al mundo, devolverle un poco al universo lo que el universo le dio a ella; quiso romper; quiso caer en la más baja de las injurias en las que un ser humano pueda caer. Y no pudo.
El laberinto se agrandaba cada vez más y se complejizaba, y de todo lo que quería escapar y todo lo que quería romper y ultrajar, era todo lo que le daba un poco de paz. Pero eso era mucho para ella, era casi un vicio. No podía tener un mínimo de paz y después no volver a tenerla hasta quién sabe cuando. No le parecía sano en absoluto. Y toda esa melancolía y toda esa paz y toda esa calma... No, no y no. Lo único que sabe es que definitivamente no hay hermandad que valga. No existe mentira tan grande, no existe peor forma de engaño hacia uno mismo, no existe coraza más débil que pensar que algo tan puro, tan cargado y tan enérgico es una hermandad. Solo necesitaba una segunda opción... una que no existía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario